Limpia y desintoxica en profundidad la piel. Abre poros obstruidos y elimina impurezas.
El carbón activado se conoce desde la antigüedad por sus propiedades desintoxicantes y blanqueadoras de la piel, gracias a su capacidad de atraer y retener sustancias nocivas. De ahí que también sea utilizado en medicina (véase los lavados de estómago) y en otros ámbitos (filtros de agua...), e incluso sea recomendado por vía interna para determinadas dolencias estomacales y/o intestinales.
En el jabón, el carbón activado permite limpiar en profundidad la piel, pero con suavidad, gracias a que sus propiedades permiten abrir los poros obstruidos y adsorber (atrae y retiene) todas las impurezas, el exceso de grasa y las toxinas. Todo ello permite dejar la piel suave, limpia, clara y sana, dándole un aspecto brillante, radiante.
Así, es ideal para pieles con poros obstruidos como el caso del acné, eliminando el exceso de grasa y las impurezas.